A los compañeros y compañeras del Campo Nacional y Popular y las organizaciones defensoras de Derechos Humanos:
Ayer (el viernes) me dirigí a todos nuestros ciudadanos y ciudadanas para transmitirles los resultados de una minuciosa auditoría sobre el sistema informático
“Project X” y la actuación de las Fuerzas de Seguridad federales en órbita de mi jurisdicción, que fue motivo de una incisiva acción de desinformación tendiente a convencer a nuestros compatriotas de que el gobierno hacía espionaje político o al menos que incurría en negligencia a la hora de controlar a los órganos de inteligencia.
Creo haber cumplido entonces con mi obligación de dar respuesta completa a las inquietudes legítimas de nuestra ciudadanía, de manera responsable, cuando tuvimos certeza absoluta de lo que íbamos a informar. A veces los tiempos de las instituciones no son los de la premura mediática. Nosotros vamos a optar siempre por proteger la verdad, la estabilidad del gobierno y la seriedad del orden institucional y republicano, aunque para ello tengamos que tardar un poquito más.
Lo que les quiero asegurar en esta comunicación directa a Uds, compañeros y compañeras de nuestra fuerza política y otros del espacio progresista nacional y popular, es que pueden estar tranquilos.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner jamás va a permitir que por error u omisión se violen las leyes y los derechos de ciudadanos a manifestarse. Los funcionarios políticos tenemos ese mandato desde 2003.
Podemos ostentar con orgullo la coherencia en la defensa de nuestras convicciones democráticas, las que hemos sostenido en condiciones mucho más adversas que las actuales. Condiciones que costaron la vida a compañeros, amigos, familiares y que ponían en riesgo la propia vida.
“No llegamos al gobierno para dejar esas convicciones en la puerta”. Ese legado político de
Néstor Kirchner es nuestra obligación ética como militantes y funcionarios públicos.
Nos van a querer confundir, como en esta oportunidad, marcando el terreno desde las pantallas de TV y cierta prensa intencionada. En la oposición hubo voces que manifestaron preocupación legítima esta semana, otros que tejieron especulaciones inverosímiles en base a certezas que resultaron inexactas. Hubo otros que intentaron desmerecer la calidad de la prueba producida por los organismos de seguridad federales, bajo mi mando, como estrategia de defensa en los tribunales donde se los ha imputado de delitos y procesado.
Todo es atendible. Son las reglas del juego político.
El gobierno no se deja intimidar por acusaciones fraudulentas. Tenemos el cuero duro.
No nos fija la agenda la televisión, sino nuestro compromiso histórico, presente y futuro con la democracia, la justicia social y nuestros hermanos y hermanas humildes.
Para llevar adelante este programa tenemos lo que nadie más, el mayor capital deseable y posible: la conducción serena, firme, lúcida y decidida de Cristina.
Ellos seguirán golpeando. Lo harán con más intensidad a medida que más vayamos avanzando en la consolidación del modelo de crecimiento con inclusión social. Y también cuanto más eficiente sea el sistema de seguridad democrática que estamos construyendo por mandato de
Néstor, primero y de
Cristina, ahora.
Por eso, compañeros y compañeras
cuanto más nos quieran confundir, más firmes en nuestras convicciones deberemos estar quienes queremos un país justo, libre y con plena vigencia de la soberanía popular. Más militantes y más convencidos de que
los funcionarios de Cristina no dejaremos de honrar la memoria de nuestros compañeros y compañeras caídos y nuestra propia historia política de resistencia a las dictaduras y al neoliberalismo.
Nilda Garré.